Para quienes no estamos acostumbrados a la altura y el frío es una actividad muy dura y difícil, super retadora, sin duda es una actividad que fortalece el espíritu y el cuerpo. Por un momento pensé que no lo iba a lograr, pero gracias a la paciencia y calma de mi guía Andrés logré llegar a la meta. La bajada es aún mas dura, porque una vez subí ya había gastado todas mis fuerzas así que me exageré en mis capacidades para poder bajar, y me dio muchísimo dolor de cabeza, fueron 9 horas de caminata constantes. Más 6 de viaje, 3 de ida y 3 de regreso de nuevo a la paz. Un día muy largo. Llegué destruida a dormir, pero con la satisfacción y corazón lleno con el recuerdo maravilloso de los espectaculares paisajes que se observan durante todo el recorrido, cascadas, picos con hielo, lagunas que cambian de color con el clima, llamas, ovejas. Es absolutamente hermoso, pero si requiere de una muy buena condición física.